COMPARTIENDO EL EVANGELIO

Desde la misericordia y la verdad La doctrina social de la iglesia no nace, sin embargo, de un sueño utópico, sino de la vida y predicación de Jesús, el Cristo, el Hijo de Dios, confesado como Señor y experimentado, religiosamente, como resucitado. Habrá siempre una gran distancia entre los que ‘vieron’ al Señor resucitado y todos los demás, incluido San Pablo, que solo podemos ‘tener una vivencia’, una experiencia, de la Resurrección del Señor por la vía religiosa, es decir, provocada desde la fe. Una fe que brota en virtud del encuentro personal con la Palabra de Dios y el testimonio histórico de aquellos que lo vieron resucitado. Hemos venido a la fe porque otros nos han compartido ese testimonio, hemos creído en él y nos ha impactado. Desde que Jesús saliera de Nazaret hasta su muerte, en cruz, en Jerusalén su vida pública, todo lo que dijo e hizo, tenía como horizonte mostrar la cercanía y misericordia de aquel que llamaba ‘Abba’, identificado con el Dios de la Alianz...