COMPARTIENDO EL EVANGELIO

Tú juzgas rectamente Se nos presenta en la primera lectura la oración de súplica que lanza Jeremías por todo lo que Dios le ha revelado que quieren hacer con él, el cordero manso, fiel a Dios. El profeta que siempre denuncia al pueblo su alejamiento de Yahvé, el culto que tienen a los dioses y todos los pecados que están cometiendo, eso no gusta a nadie y quieren desprenderse de él. "Talemos al árbol en su lozanía que su nombre no se pronuncie más". También lo harán con Jesús y con tantos profetas de nuestro tiempo que se ponen al lado de los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad y siguen denunciando los abusos de poder, maltratos y pecados que ahora también se cometen. Pero nuestra causa, igual que Jeremías, siempre la debemos poner en manos de Dios. El es el único que ve el corazón de cada hombre, la rectitud de las conciencias y al fin el "único que nos ama de verdad y juzga rectamente". Jamás ha hablado nadie así Juan en este evangelio, cuando ya estam...